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LGBT: Síntoma de enfermedad mental degenerativa, autodestructiva y terminal

Desde hace muchos años, varias asociaciones han realizado una serie de estudios que demuestran cifras desproporcionadas en poblaciones LGBT. La lista es interminable. Estudio tras estudio, aparecen las mismas conclusiones.

Las incongruencias de género son síntomas de una enfermedad mental degenerativa, autodestructiva y terminal, con un índice de letalidad del 20% al 40%.

Y no es noticia ni secreto. Sólo que nadie se molestó en informarnos.

No es noticia ni secreto, sólo que nadie se molestó en informarnos.

Estudios de rigor científico

Varias asociaciones han dedicado tiempo y dinero a investigar estadísticamente las prácticas de riesgo de la comunidad LGBT (Lésbica, Gay, Bisexual, Transgénero) con el único fin de conocerlos para ayudarlos; pues se ha detectado una tendencia de este sector hacia la autodestrucción. Los estudios así, se cuentan por centenas a través de los años y del Mundo, siempre con resultados similares.

Probablemente el más popular sea el de la American Foundation Suicide Prevention en asociación con una logia de la UCLA (Universidad de California) llamada The Williams Institute, que indica que las personas LGBT atentan contra su vida en cifras desproporcionadas con respecto a las personas que sí están conformes con su sexo

Se analizaron las respuestas de 6,456 personas adultas, todas inconformes con su género, entre la población de Estados Unidos: una de las más permisivas, afeminadas y seguras que existen.

Los números son alarmantes:

  • 4% de la población total se intenta suicidar.
  • 20% de los homosexuales y bisexuales se intenta suicidar.
  • 41% de los transgénero se intenta suicidar.

Además, las muertes por suicidio se producen a un ritmo 61 veces mayor al de la población general.

El estudio se titula Suicide Attempts among Transgender and Gender Non-Conforming Adults: Findings of the National Transgender Discrimination Survey (Intentos de suicidio entre adultos transgénero y no conformes con el género: Hallazgos de la Encuesta Nacional sobre Discriminación Transgénero).

Además, la publicación científica The Journal of Adolescent Health que se dedica de manera multidisciplinaria a recopilar y publicar los nuevos descubrimientos y avances en el campo de la medicina adolescente y la salud a nivel internacional; ha publicado una serie de estudios al respecto, a lo largo de casi diez años, siendo clara con sus conclusiones:

La diversidad sexual es síntoma de una profunda enfermedad mental

Journal of Adolescent Health publica los estudios de diversas instituciones sobre vulnerabilidad psicológica de la comunidad LGBT en espera de cambiar el mortal destino que les depara. Todos sus artículos incluyen conclusiones que tratan de revertir las funestas tendencias.

Esto ha sido a través de casi una década durante la cual los estudios van demostrando progresivamente que los transtornos de género van de la mano con otras conductas autodestructivas sintomáticas de una enfermedad mental derivada de la falta de conexión social.
Por poner ejemplos:

“La identidad de género es un subestudiado determinante social de salud mental. Los esfuerzos para monitorear las disparidades en la salud mental, deben incluir encuestas para evaluar la identidad de género en la investigación epidemiológica. Investigación e intervención para entender y mejorar las disparidades en la salud mental por identidad de género son necesarias”dice un estudio de los Estados Unidos.

Otro estudio hecho entre 923 jóvenes transgénero de Canadá indica:
“Los jóvenes transgénero sufren mayor riesgo de reportar angustia psicológica, autolesiones, episodios depresivos severos y suicidio. Por ejemplo, 65% de los transgénero de 14 a 18 años consideró seriamente el suicidio en el último año”.

Y así continúan los estudios:

Mayores índices de insatisfacción con su cuerpo y desórdenes alimenticios

“Esta población de pacientes ha incrementado el riesgo a problemas de salud mental, comportamiento de alto riesgo y disparidades en el cuidado a la salud cuando se compara con sus equivalentes de género fijo”.

“Los jóvenes transgénero presentan insalubres y desproporcionados hábitos de control de peso y uso de esteroides no prescritos, en comparación con los jóvenes cisgénero. Los médicos deben estar atentos de este acrecentado riesgo entre los jóvenes transgénero”.

“Los jóvenes transgénero e inconformes con su género (TGNC) presentan mayores índices de insatisfacción con su cuerpo y desórdenes alimenticios que sus similares cisgénero. A pesar de esto, aun no han sido desarrollado herramientas para la detección sistemática y el tratamiento con evidencias, de desórdenes alimenticios en jóvenes TGNC”.

 

Y no es todo. Publicaciones científicas con otras fuentes, como PLoS One también han reportado estas conductas autodestructivas.
Entre 1424 hombres homosexuales chinos demostró que 1100 (77.3%) eran usuarios de drogas recreativas.

Incluso los estudios realizados por la misma comunidad LGBT, como el Informe sobre el acceso a los derechos económicos, sociales y culturales; de la sociedad trans en Latinoamérica y el Caribe que dice “Es un hecho bien establecido que la inmensa mayoría de las mujeres trans en Latinoamérica y el Caribe tiene como principal medio de subsistencia el trabajo sexual. Por caso, las consultas en las que se basa este informe sugieren que un 90% de las mujeres trans ejerce el trabajo sexual”.

Además estima que en América Latina entre el 30 % y el 40 % de la población travesti, transexual y transgénero es portadora del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) o ya ha desarrollado el sida.

Sin embargo no todo es calamidad, pues su medicina es algo tan sencillo como complejo:

“Anteriores estudios han demostrado un alto índice en problemas de salud mental en adolescentes infelices con su género y transgénero, que es mitigado con apoyo parental y de la comunidad

En contraste, un estudio realizado entre mujeres de 14 a 19 años de Columbus y de Pittsburgh determinó que con el paso del tiempo aquellas que pertenecen a una “minoría sexual” aumentan su carencia parental y se van distanciando poco a poco de su familia, dejando de revelar su paradero y actividades.

La comunidad LGBT es probablemente el sector más enfermo mentalmente que funciona en nuestra sociedad.

¿Culpa de la sociedad opresora?

No.

La tasa de suicidios apenas cambia entre un país gay-friendly y uno machista.
Además las tasas no han descendido durante el Boom Arcoiris de la comunidad LGBT.

Según el estudio de The Williams Institute antes citado, la opresión y el rechazo social sí aumentan el índice de suicidios; pero si quitamos la opresión racial, el índice permanece siendo más de 9 veces el de una persona promedio, en quien estos factores funcionan de manera inversa.

Además, no existe relación directa entre las burlas o la opresión social y la baja autoestima, pues en ambientes donde todos son minorías sociales oprimidas, es decir que todos se sienten socialmente rechazados; el indice de autodestrucción de los LGBT sigue siendo el mismo.

Los dos estudios fueron realizados en EEUU, donde:

Sólo el 14% de los jóvenes de EEUU sufre algún tipo de bullying.

-Suena ridículo- pensará el lector – es bien sabido que todos odian a los transgénero menos yo.-

 

La epidemia como moda

“Lesbianas, gays, transexuales, queer/cuestionándose (LGBTQ+) y otros jóvenes variantes de género comprenden hasta el 10% de la población adolescente.

Entre jóvenes transgénero de EEUU, con promedio de 15.1 años y 84% de ellas mujeres (a pesar de su delirio sobre no serlo) se han recopilado las siguientes cifras:

  • Contra la expectativa con respecto a la generación anterior (0.7%); 38% de los jóvenes afirmó que la mitad de su círculo de amigos preexistente se estaba volviendo transgénero. En promedio, 3.5 personas por grupo de amigos se transformó en algún tipo de LGBT.
  • Donde existe conocimiento del estatus de popularidad de las personas, 64.2% aumentó su popularidad frente a su grupo de amigos tras anunciar que son transgénero.
  • 63.7% se burlan de quienes no son LGBT;
  • 31.7% fueron advertidas por internet de que nunca serían felices si no tenían un cambio de sexo inmediatamente;
  • 37.3% piensa que la oposición por parte de sus padres a que se sometan a terapia hormonal es abusiva y transfóbica;
  • 24.7% desconfía de quien no es transgénero;
  • 25.3% dejó de pasar tiempo con personas cisgénero;
  • 46.5% se alejó de su familia;
  • 53.1% no confía en información sobre transgéneros a menos que provenga de una fuente transgénero (población que no dedica mucho de su tiempo a realizar estudios estadísticos objetivos).

 

El estudio concluye:
“A través de internet, padres de familia han reportado observar un temprano inicio de disforia de género en sus hijos, presentándose por primera vez en la pubertad.
Describen este desarrollo ocurriendo en el contexto de pertenecer a un grupo  de similares, donde uno, varios o incluso todos sus amigos han presentado disforia de género, y surgen como transgénero durante el mismo periodo de tiempo y/o el incremento  en el uso del internet/sociedades virtuales”.

Tampoco es de sorprender la caída en los suicidios con el paso de la edad, pues los trans tienden a no sobrevivir la juventud:
La esperanza de vida de las personas trans “oscila entre los 35.5 y los 41.25 años, mientras que la esperanza de vida en Latinoamérica en términos generales ronda los 75 años de edad”. Según un cálculo de Redlactrans.

Las razones ya fueron mencionadas: VIH, prácticas y relaciones violentas, consumo de drogas, desórdenes alimenticios y suicidio.

Finalmente; la Organización Mundial de la Salud (OMS) realizó un profundo estudio para eliminar la transexualidad de su lista de patologías en 2018 y  dar gusto a los sectores liberales, como lo hizo en 1990 con la homosexualidad.
Sin embargo, el estudio concluye con que no es conveniente eliminarlo de la lista, sino tal vez cambiarlo por un término más amigable: “Incongruencia de género”.
Así es:

Actualmente la OMS considera el transgénero una enfermedad.

En el boletín publicado al respecto por la OMS, puede leerse:
“Las personas transgénero comparten muchas de las necesidades sanitarias con la población en general, pero pueden necesitar otros cuidados de salud especializados, como terapias hormonales para afirmar el género  y cirugía. Como sea, la evidencia sugiere que las personas transgénero a menudo experimentan una desproporcionada suma de enfermedades, incluyendo las concernientes a salud mental, sexual y reproductiva“.

“El primer cambio es la revisión propuesta de la ICD (Clasificación Internacional de Enfermedades). Los países usan la ICD para definir la elegibilidad y acceso a servicios de salud y como fundamento para conceptualizar condiciones sanitarias, tratamientos y resultados. Los profesionales de la salud también usan el ICD para facilitar la recolección de datos que guíen las políticas y programen decisiones. Para los actuales propósitos para el grupo de trabajo ICD-11, las identidades transgénero ya no serían clasificadas como “Transexualismo” bajo la categoría de “salud y desórdenes mentales” sino que serían clasificadas como “Incongruencias de Género de adolescencia y madurez” bajo la categoría de “Condiciones relacionadas con salud sexual”. La reclasificación propuesta espera reducir la percepción de padecimiento y estigmatización  a las personas transgénero, y para abrirle camino a mejoras de tal manera que la salud transgénero pueda ser entendida, medida y encaminada”.

Así que no te sientas avergonzado si no lo sabías. A final de cuentas, la misma OMS está inventándose terminología para que nunca lo sepas.

La publicación del estudio utilizado para sustentar dicho boletín concluye de la siguiente forma:

“En conclusión, este estudio sugiere que aunque en un mundo ideal el diagnosis relacionado a Incongruencia de Género en niños no es bienvenido, numerosos participantes sintieron que el diagnosis no debía ser removido. Esto probablemente se deba a una preocupación sobre restringir el acceso a algunos servicios médicos. Más aun, este estudio encontró que la posición mayoritaria sobre el diagnosis de Incongruencia de Género dentro de la ICD-11 es un capítulo separado al tratar con condiciones de consideración a la salud sexual y de género”

En otras palabras; se puede cambiar el nombre del diagnosis para que los transgénero y los Liberales se sientan contentos, pero por humanismo no se debe quitar a los transgénero de la lista de personas que no están sanas requieren atención médica especial y regular de por vida para sobrevivir más de 40 años.

¿Hay cura?

Las enfermedades mentales son en varios casos crónicas y profundas, impidiendo por sí mismas su tratamiento. Más aun cuando: existe un movimiento internacional a su favor, que promueve la falsa idea de que si vives inconforme con tu cuerpo o con tu sexo, vas a ser feliz.

Como sea, en el pasado se ha tratado a los pacientes transgénero con alguno de los dos siguientes métodos:

  1. Buscar convencer al enfermo de su naturaleza sexual para que la acepte.
  2. Convertirlo en transexual mediante intervenciones médicas.

Ha sido probado que ninguno de los dos métodos funciona, y es razonable porque ninguno representa una aceptación a la realidad presente del enfermo.
Son enfermos que buscan ser aceptados con su enfermedad; no quieren ser curados.

El primer tratamiento, famoso entre medios amarillistas por el espectáculo que da algún charlatán con clínicas o campos de concentración “anti-gay ” que anuncia poder compensar los años de frustración parental con alguna terapia experimental basada en psicoanálisis, porno vulgar o fanatismo cristiano.
Algunos casos famosos y fallidos son el de John Smidel de Alan Chamberso el de la Asociación Nacional para la Investigación y la Terapia de la homosexualidad (NARTH).

El segundo tratamiento: convertir a una mujer o a un hombre en transexual mediante intervenciones médicas como cirugías y terapia hormonal. De hecho, una alta proporción de transgéneros aseguran buscar el suicidio por no haber recibido la intervención médica adecuada, y eso es lo que se ha dicho en los medios de comunicación.

Las transformaciones no son instantáneas y muchas toman años de deformidad, estigma y vergüenza

Pero nuevamente los estudios indican otra cosa:
Los activistas arcoiris defienden la transición argumentando que esta sirve para salvar vidas, pero nunca mencionan que las transformaciones NO SON INSTANTANEAS y muchas toman años de deformidad, estigma y vergüenza.

Llegan buscando ser mujeres u hombres y sólo se convierten en Transexuales (esa es la razón de que pertenezcan al movimiento LGBT).

“Las personas con transexualismo, después del reasignamiento de sexo, tiene un riesgo considerablemente más alto de mortalidad, intento de suicidio e incidencia psiquiátrica que la población general. Nuestros descubrimientos sugieren que la reasignación de género, a pesar de aliviar la disforia de género, podría no ser satisfactoria como tratamiento para el transexualismo, y debería inspirar avances en el cuidado psiquiátrico y somático tras las reasignación de género”.
O eso es lo que concluyó un estudio a 324 transexuales suecos.

Según la evidencia no es seguro que una enfermedad tan profunda reflejada en un sentido tan complejo de autodestrucción tenga cura; y si la tiene no se ha descubierto a pesar de los innumerables esfuerzos.
En vez de eso, pareciera que alguien ajeno a tan enferma población tratara de hacerla crecer.

Fuente: http://fritoline.com/lgbt-sintoma-de-enfermedad-mental-degenerativa-autodestructiva-y-terminal/

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